¿El problema de los límites es mío o de los demás? Somos muchos y muchas los que andamos buscando la fórmula de la asertividad. Es cierto que si echamos un ojo en cualquier librería o rastreamos en la red, podemos encontrar miles de sugerencias, recetas y libros de autoayuda que nos animan a aprender algo que debimos aprender hace ya tiempo, y que todavía tenemos pendiente: poner límites. [Leer más…]
Crisis y duelos: ¿se van de vacaciones?
Crisis y duelos: ¿se van de vacaciones? Antes de contestar a esta pregunta deberíamos hacernos otras dos: ¿Qué es una crisis? ¿Qué es un duelo?
Podemos definir una crisis como una situación laberíntica en la que no sabemos qué hacer, cómo actuar, cómo resolver. Las herramientas emocionales que disponemos dejan de funcionar y parece que no vemos ninguna salida a nuestra vida o a ese problema concreto y es complicado poder recuperar nuestra cordura, nuestro centramiento. Parece imposible volver a estar como estábamos antes de encontrarnos mal.
Nos sentimos con un bloqueo emocional, dando vueltas y vueltas a lo mismo, sin poder avanzar. Me siento mal internamente. Estoy enfadada, triste, negocio conmigo misma, me vuelvo a enfadar conmigo, con otras personas, lo entiendo pero me pongo triste, vuelvo a enfadarme… El caso es que estoy mal, estoy en crisis, estoy en el laberinto. Sin embargo, ese laberinto tiene un principio y un final. Y saber que se puede salir de la crisis, aunque ahora no sepamos cómo, ayuda a bajar la ansiedad.
Normalmente, cuando entramos en crisis, solo pensamos en salir de ahí, “no quiero sufrir, no quiero estar así, no me viene bien”. En ningún momento nos va a venir bien estar en crisis, porque no la buscamos, nos aparece, bien por azar, porque hemos ido aplazando asuntos dolorosos, o por nuestros guiones de vida que nos hacen caer en los mismos patrones de comportamiento.
Pero, podemos ver las crisis como una oportunidad de crecer, de avanzar, de aprender y de transformarnos. Para eso, debemos introducirnos en la crisis y vivirla, sin buscar atajos y querer salir cuanto antes. Porque es un proceso y un camino que debemos recorrer en solitario, donde nos encontraremos con mil dificultades que serán nuestros monstruos, pero también con aliados y aliadas que nos ayudan a ir avanzando y nos acompañan un tiempo en nuestro camino. A veces, nos cuesta mucho ver y reconocer esas cosas, personas, lugares, creencias, animales que son aliadas y que tenemos a nuestro alcance sin ser conscientes.
Si seguimos avanzando en ese laberinto podemos llegar al centro donde encontraremos “el santo grial”, la clave, el aprendizaje, para ir volviendo poco a poco hasta encontrar la salida. Este viaje laberíntico tiene marcha adelante, atrás, parones, y parece que estoy atascada y de repente veo que he avanzado. Otras veces, pienso que ya estoy saliendo y retrocedo (“vuelvo a recaer”). Y sigo adelante y me encuentro mucho más avanzada de lo que creía, me encuentro mejor. Hasta que un día me siento diferente, me coloco en otro lugar y digo: “lo he pasado fatal…”. Resulta que ya estoy fuera del laberinto.
Y unido a la crisis está el duelo. Porque para salir de la crisis, la tarea que se nos plantea es hacer un duelo. El duelo es la respuesta natural y normal que se pone en marcha ante una pérdida, sea ésta del tipo que sea. Normalmente, cuando oímos la palabra duelo, inmediatamente pensamos en muerte, en pérdida de ser querido. Y sí, van unidos, y en ese caso, la sociedad nos permite, aunque menos tiempo del necesario, estar en duelo. Enseguida nos dicen: “tienes que seguir con tu vida”, “Ya es hora de que vuelvas a la normalidad”.
Pero también, están los duelos que debemos hacer por cosas cotidianas: cambio de trabajo, jubilación, cambio de casa, cambio de ciudad, separación de familia, de amistades, de pareja, embarazo, menopausia, pérdida de juventud… Estos, no son reconocidos como tal, pero, seguramente sentiremos el mismo malestar y debemos tener el mismo proceso que en el caso anterior. No nos los permitimos ni nos lo permite el entorno.
Es importante, poder darnos el tiempo para pasar ese duelo, el dolor por esa ruptura, sea la circunstancia que sea. Es una muerte simbólica, algo se muere en mí y como tal atravieso esas fases (negación, ira, negociación, depresión, pseudoaceptación y aceptación) y esa mezcla de sentimientos que aparecen en todos los duelos. Es el momento de recogimiento interno, de cierre corporal, es estar conmigo.
Porque el duelo es un proceso que tiene un tiempo indeterminado y cada cual tiene el suyo. Un tiempo que nos ayuda a elaborar esa pérdida de manera que la integremos en nuestro cuerpo, en la parte emocional y en los pensamientos. Es el proceso que nos ayuda a cerrar una etapa, un capítulo, para poder abrir otro.
Para poder llegar a elaborar bien un duelo, debe haber una aceptación y un perdón a la persona o situación que me ha hecho daño y perdonarme a mí, porque ambos hemos hecho lo que hemos podido y como hemos podido. Solo así, llegaremos a ver el aprendizaje, la transformación y podremos ponernos en paz internamente, para abrirnos de nuevo al mundo, a la vida, desde lo corporal, emocional y mental.
Crisis y duelos: ¿se van de vacaciones? Mi respuesta es no. Cuando estamos en crisis da igual que hagamos el mejor plan del mundo porque no podemos conectar con la alegría, con la vida. Las crisis y los duelos no se paralizan porque vengan vacaciones. En algunas ocasiones, queremos aparcarlas porque ahora me tocan vacaciones y me tengo que divertir, pasármelo bien, disfrutar… quizá sea un buen momento para pararme y vivir con más intensidad y tiempo esa crisis o quizá sea el momento de ver cómo afronto la crisis sin aparcarla estando de vacaciones.La cuestión es cómo doy validez a lo que siento, a cómo me encuentro, a esa crisis, a ese duelo estando en el momento que esté: de vacaciones o no. Aunque no nos guste dolernos, aunque no nos guste el dolor emocional, las crisis y los duelos son una oportunidad para crecer, para hacer cambios y solucionar asuntos que no nos hacen felices. Es la oportunidad de conectar con la vida desde la consciencia y la transformación. Es la vida misma.
¿Se puede Envejecer Bonito?
Después de casi una década dedicadas a acompañar a mujeres maduras que le piden a su vida algo más de lo que la familia, el entorno e incluso la sociedad espera de ellas, ¿Se puede Envejecer Bonito ? tiene respuesta en Lura: Y es un Sí rotundo.
Sí señoras, se puede Envejecer Bonito. ¿Y en qué consiste?
En muchas ocasiones, nos encontramos con mujeres rondando los 60, que a parte de envejecer bien (normalmente siendo formales con su alimentación, ejercicio, hábitos de vida, relaciones, manteniendo a raya el temido colesterol, el azúcar y un sin fin de asuntos que ponen en peligro la salud física) apuestan por Envejecer Bonito: apuestan por el crecimiento personal sumando calidad emocional a sus vidas. Mujeres que apuestan por mirar, cara a cara, a los vacíos que deja una maternidad cuando una ya no tiene los roles que antes tenía; o una relación de pareja que ha cambiado o que ha desparecido; o al vacío que deja una actividad laboral que antes les aseguraba un lugar «productivo» reconocido…
Mirar hacia todo esto, da miedo o quizá asusta, pero también ofrece la posibilidad de hacerse preguntas y de buscar, junto con otras mujeres que tienen esas vivencias, algunas respuestas y claves que ayuden a encontrar un camino más pleno hacia la vejez. Un camino que permita integrar los múltiples aspectos de los que depende nuestra salud. Es cierto que el cuerpo se desgasta, cambia… y es necesario prestarle atención. Pero también hay otros muchos aspectos que hay que atender: la capacidad de poner límites, decir que no, reconocer los deseos propios, afrontar los sentimientos difíciles, gestionar los miedos y también las ilusiones, descubrir otras formas de sentir placer…. Cuando las mujeres se juntan y comparten todo esto, ponen palabras a muchos asuntos que hasta ahora estaban sólo dando vueltas en sus cabezas y se produce un movimiento muy bonito y responsable: empiezan a cuidarse emocionalmente; a escucharse y atenderse, de la misma forma que atienden el temido azúcar o el colesterol.
A través de los talleres, grupos, encuentros y charlas que durante esta década hemos tenido el gusto de ofrecer, hemos abordado las muy diversas facetas en las que envejecemos las mujeres. Han participado mujeres diversas, de diferentes nacionalidades, experiencias, edades y vivencias. Hemos rescatado la historia valiosa que cada mujer ha construido, estudiando minuciosamente qué aspectos influyen y marcan la diferencia entre envejecer marchitándose o envejecer despertándose.
Codo con codo, con centenas de mujeres, a solas o en grupo, hemos asistido al reconocimiento de las pérdidas y duelos que supone envejecer pero también a las ganancias de este proceso. Nos hemos mirado en el espejo de otras mujeres, para reconocer que algo de nosotras, lo esencial, sigue allí , a pesar de todos los cambios que sufrimos cuando envejecemos. Hemos conocido mujeres con circunstancias muy difíciles (con difíciles cargas familiares; cuidadoras; viudas; enfrentándose a la enfermedad propia o ajena…) que nos han demostrado que esas circunstancias a veces no pueden cambiarse, pero sí la forma en la que una las enfrenta. Envejecer Bonito requiere la valentía de enfrentar la tristeza … pero también la alegría.
Para muchas mujeres el proceso de madurez se ha dado en un escenario que ha sufrido grandes cambios: antes no había tiempo de parar, ni posibilidad de cuestionarse ciertas cosas, ni espacio ni tiempo propio… Ahora con la jubilación, se abre un mundo de posibilidades, se abre una puerta a dejar el mundo del hacer – ser expertas en cubrir las necesidades ajenas y cuidar a los y las demás- y adentrase en otros lugares -¿ qué necesito yo? ¿qué quiero yo? ¿a mí qué me ayuda a estar mejor? -. Y por fin hay espacios donde poder hacerlo en confianza y con respeto.
Analizando los roles, los espacios, el tiempo propio y los retos que nos quedan, seguiremos alentando el proceso de empoderamiento individual y colectivo, buscando un lugar “Bonito” para las mujeres que envejecen en la sociedad actual: un lugar de respeto, autocuidado, autoconocimiento y crecimiento.
El verano ofrece un tiempo extra para la reflexión, en Lura también nos ocurre. Quizá un tiempo para mirar las experiencias vividas y afrontar con energía nuevos retos. En este tiempo de balance y desde la calma que ofrece cierto descanso, queremos dedicar estas palabras que siguen, por un lado, a todas las mujeres maduras que nos conocen, que han trabajado con nosotras y han hecho posible, año tras año, nuestros talleres: Envejecer Bonito. Y por otra parte , a las mujeres que leen estas palabras y se sienten identificadas, aunque no nos conozcan. Que quizá sean valientes y en Septiembre nos llamen, y se unan a esta aventura.
Para las mujeres que apostamos por aprender,
y para las que nos hemos embarcado en esta aventura de seguir creciendo juntas.
Convencidas de que todavía hay tiempo para llevar las riendas y tomar decisiones a nuestra medida y en nuestra vida.
Y poder Ser más auténticas,
podernos reconocer y valorar,
y poder acompañarnos.
Mostrar nuestra historia como mujeres: con sus derrotas y fallos
y también con sus aciertos y éxitos.
Porque Aprender a Quererse es aceptar todo ello.
Y reconocer a todas las mujeres que nos han acompañado en nuestra vida y a las que acompañamos como madres, tías, hermanas, abuelas, amigas…
Porque el tiempo que tenemos por delante no es para marchitarse, sino para despertar.
Porque todavía hay mucho que sentir, pensar y hacer.
Todavía nos queda mucho por decir.
Porque es tiempo de Aprender a Querernos y Envejecer Bonito.
Es tiempo de afrontar los cambios.
Tuppersex – Otra manera de encontrarnos
¿Qué es un Tuppersex?
El Tuppersex es una réplica de Tupperware que en los años 50 revolucionó sobre todo a las mujeres, tanto por los envases de plástico con tapa que permitían trasladar o guardar herméticamente la comida; como por la forma de promocionarlos: reuniones de mujeres en casa. Esta modalidad de venta a domicilio se extendió a otro tipo de productos, que en tiempos no tan lejanos eran exclusividad de las mujeres: cosméticos, cacerolas, etc. y permitió a muchas mujeres salir de su aislamiento de ama de casa y contactar con otras mujeres, para compartir productos, pero también experiencias, vivencias personales, relativas a los productos y a sus vidas. Era la manera y lugares donde socialmente se permitía a las mujeres realizar encuentros y reuniones.
Pero las mujeres han evolucionado, así como estas reuniones de promoción comercial. Hoy en día, las mujeres tienen otros espacios de reunión y de socialización pero este modelo, sigue siendo atractivo con los juguetes sexuales. Las mujeres se reúnen para compartir y comparar experiencias de estos productos, para hablar de sexualidad, para hacer una reunión distendida, divertida y romper tabúes sobre el tema.
Esto se debe también, a que hasta hace unos años, la única manera de poder comprar ciertos productos y juguetes era en las tiendas denominadas sexshop, espacios masculinos, donde solamente los hombres acudían y fundamentalmente se vendían juguetes para ellos. Afortunadamente, también ha evolucionado, se ha actualizado, ahora son espacios mixtos, para hombres y mujeres, con otra estética menos morbosa, más actual y con gran variedad de productos para que las mujeres jueguen con su erotismo y sexualidad.
Sin embargo, las mujeres siguen teniendo muchos tabúes para acudir a una tienda, a que las vean, a que les expliquen delante de otras personas ciertos productos o juguetes sexuales. Es por ello que prefieren hacer Tuppersex, en espacios íntimos, a veces con sus amigas, otras mejor con personas desconocidas para no ser juzgadas por las amigas.
La novedad del Tuppersex es que no son reuniones exclusivas de mujeres, aunque siguen siendo mayoría. También pueden ser grupos de hombres o mixtos. Los hombres en general, prefieren ir a la tienda y van solos. La experiencia de hacer esta actividad en grupo supone pasar un rato divertido hablando de sexualidad, de gustos y experiencias propias, sin necesidad demostrar la pericia sexual, la competitividad ni las conquistas realizadas. A algunos hombres no les gusta estar en ese papel. Por eso, una reunión de tuppersex en grupo mixto o solo de hombres ofrece la oportunidad de cambiar de paradigma respecto a la sexualidad.
La posibilidad que nos da el Tuppersex es hacer Educación sexual a través de enseñar, tocar, probar los productos y juguetes eróticos, de manera que podamos hablar de la sexualidad, de lo que les gusta a los hombres y a las mujeres, de la globalidad (productos para estimular la piel, dar masajes, sentir en todo el cuerpo) y la genitalidad (juguetes que estimulan zona genital: vulva, clítoris, vagina, ano, pene, testículos, zona perineal).
También nos da la posibilidad de poder romper reglas y creencias sobre la sexualidad, porque la sexualidad no es solo sexo y penetración, tiene que ver con las relaciones entre personas, en la manera de seducirnos, de erotizarnos, de fantasear con lo que me gustaría hacer y me gustaría que me hicieran. Tiene que ver con mi cuerpo, con mi autoestima, con el autocuidado y la responsabilidad sobre mi sexualidad como parte de mi bienestar corporal y emocional.
Todo esto, tiene que ver conmigo, con mi propia sexualidad que experimento a solas, que me ayuda a conocerme, a saber lo que me gusta, a experimentar, a sentir y a explorar la capacidad de placer y disfrute que mi cuerpo tiene y que comparto cuando quiero y con quien quiero. Conocer mi sexualidad me ayuda en mi proceso de empoderamiento y me ayudará también a tener unas relaciones en pareja más placenteras, ya sea con mujeres, con hombres, con mujeres y hombres… Porque la sexualidad no es solo heterosexual.
Para un Tuppersex no hay edad, ni sexo, ni orientación sexual. También están incluidas las personas con discapacidad que quieran explorar esta herramienta. Pide información sin ningún compromiso.
En Espacio Lura:
- Puedes llamar y hacer el tuppersex con tus amigas/os, grupo de 8 personas mínimo. Celebra tu despedida de soltera o soltero, tu divorcio, cumpleaños. Puede ser en Espacio Lura en Bilbao o puede ser en tu casa, txoko, otro espacio…
Precio por reunión 80€. No hay obligación de compra. Si hay una compra mayor de 300€ en total, la reunión es gratis. - En Lura se realizan tuppersex frecuentemente, puedes acudir en grupo o individualmente. Precio: 5€/persona. No hay obligación de compra. Síguenos en Facebook.
- Atención a parejas (heterosexuales, lesbianas, gays, bisexuales) que quieran un tuppersex en la intimidad. Precio: 60€. No hay obligación de compra.
Realiza el Tuppersex: Inma Merino de Castro – Sexóloga y Educadora Sexual y de la Salud. Ver perfil.
El proceso de duelo en casos de pérdida perinatal o neonatal
Abordar la muerte perinatal o neonatal nos exige el reto de reconocer en ella al hijo o hija que se ha perdido y ser testigos de la herida que produce en sus madres y padres.
Asociación Krisálida de apoyo al duelo
El duelo es el proceso psicológico que se pone en marcha debido a la pérdida de un ser querido.
La muerte de una persona al inicio de la vida es una gran ruptura en el proceso natural de la vida debido a que se escapa de las expectativas y programas biológicos.
La muerte perinatal centra la pérdida en el futuro, en los proyectos, en lo que pudo ser y no fue.
El objetivo del duelo no es olvidar.
La intensidad y la duración del duelo no dependen de la duración de la relación con quien ha muerto.
Frases que pueden ayudar:
- Sé que es un momento muy duro para ti/para vosotros.
- Lo siento mucho, era un bebé precioso.
- ¿Quieres tenerle en brazos? Te ayudo, mira, así…
- Siento lo que te ha pasado/les ha pasado.
- Me imagino cuánto querían a su bebé.
- No me molesta que lloren.
- Les pasa a muchas madres de niños prematuros, ellas también se preguntan qué han hecho mal.
- Le puedo decir que nada de lo que usted haya hecho o dejado de hacer tiene que ver con lo que le ha pasado a su bebé.
Fuente: Asociación Krisálida de apoyo al duelo.