¿Existe sexualidad en la vejez? ¡¡¡Claro!!!! La sexualidad es la capacidad que tenemos los seres humanos, desde que nacemos hasta que morimos, para expresarnos con todo el cuerpo. También es la capacidad de sentir, de dar y recibir placer. Al expresarnos, entran en juego los sentimientos que tenemos hacia nuestro cuerpo y el de las demás personas, las fantasías y deseos de tocar y sentir que aparecen cuando pensamos en ellos; los esfuerzos que hacemos para ponernos en contacto, y la forma que tenemos de disfrutar del placer sexual, que es distinto para cada persona.
La sexualidad tiene que ver con el deseo, bien como objeto de deseo, bien como sujeto deseante. Pero, cómo vivimos la sexualidad está relacionado con el hecho de ser mujer o ser hombre, porque la sociedad tiene criterios distintos para cada uno de ellos.
Definitivamente, la sexualidad y la libertad para satisfacerla es un DERECHO tanto para hombres como para mujeres.
Aunque esto sea una obviedad, el contacto diario con grupos de mujeres mayores, sobre todo las que rondan los 80 años, me hace reflexionar sobre este tema y hacer un reconocimiento a creencias y vivencias que las mujeres de esta edad han compartido conmigo.
El concepto de sexualidad de esta generación de mujeres tiene un doble mandato. Por un lado, la sexualidad es un deber conyugal y, únicamente, coital que proporciona placer y alivio a las necesidades de los hombres; y por otro, como medio para embarazarse y reproducirse como mandato patriarcal desde lo social y religioso.
Por tanto, ¿dónde está el derecho a la sexualidad de las mujeres? ¿Dónde están los deseos sexuales de las mujeres? ¿Ocultos? O ni siquiera entra en la cabeza de muchas mujeres el pensar que tienen sexualidad, que tienen derecho al disfrute y que puede gustarles. Porque desde esta manera de relacionarse, algunas sienten asco, repugnancia, dolor y obligación.
Hay que tener en cuenta que esas mujeres y hombres son personas de su época, con ideas y mitos que vienen de una represión sexual tanto para hombres como para mujeres, pero con distintas normas y consecuencias: con la idea de que las mujeres se tienen que reservar para su marido y deben ir vírgenes al matrimonio, porque la virginidad es lo más sagrado de las mujeres. Con la idea de que los hombres tienen necesidades sexuales y que las mujeres no. Con la idea de que los hombres pueden tomar lo que quieran porque es su derecho, incluso el cuerpo de las mujeres, y más si es su esposa o pareja, se sienten con todos los derechos.
Algunas frases que las mujeres han compartido en los grupos, nos pueden dar una idea de lo comentado:
– “Mi marido me decía, prepárate que voy y eso suponía llegar a la cama y abrirse de piernas.”
– “Cuando mi marido llegaba a casa cargadito de potes y me soltaba el delantal, yo ya sabía que estuviera haciendo lo que estuviera haciendo y tuviera ganas o no, debía ir a la habitación porque “tocaba” sexo”.
Cuántas mujeres han vivido y viven esa situación, día a día. Pensando que es obligación para con su marido y que es su destino y sobre todo, que cuanto antes acabe, mejor porque le dejará tranquila.
Continuará…